Se analiza el caso de la Environmental Protection Agency (EPA), institución estadounidense encargada de la fiscalización industrial a la que se le ha venido imputando por medios periodísticos independientes la impúdica comisión de actos de corrupción que termina desembocando en la producción de graves consecuencias en la integridad de las personas. Así, se desarrolla el contexto presuntamente delictivo para desembocar en la respuesta a la posibilidad de criminalizar internacionalmente a dicha institución.