La posible aplicación de la pena de muerte en el país es un tema que suele generar disputa entre los miembros de la sociedad; puesto que, existen posturas que la rechazan, así como otras que la defienden, pues la consideran como una solución al problema de la delincuencia, que afecta gravemente al desarrollo de un país en donde pueda imperar la paz social. Desde esta confrontación es que parte el analisis del autor; dado que, lo que se busca es tomar una postura desde una perspectiva jurídico penal, y posteriormente con ello, plantear algunas propuestas para la prevención de los delitos, con el objetivo de aportar una respuesta que coadyuve a generar reflexión en cuanto a esta pena.
El autor desarrolla los fundamentos y funciones de la clásica sistematización de las teorías de la pena, todo ello contrastado en base a la actual dogmática jurídica. A su vez suscribe una visión que consiste en abordar a la pena desde una visión ontológica de la pena. Razón por la cual, las distintas teorías se consolidan como discursos legitimantes del poder punitivo.
El delito de parricidio es considerado un tipo derivado de los delitos de homicidio. Este se configura cuando el agente o sujeto activo da muerte a su ascendiente o descendiente natural o adoptivo, o a su cónyuge o concubino, conociendo que tiene tales cualidades respecto de su víctima. Dejando de lado el fin o los medios que pudieron haber concurrido al momento de la comisión del ilícito. De la misma configuración del delito se desprende que existe un deber especial por parte del sujeto activo. Dentro del trabajo de investigación el autor analiza la regulación del delito de parricidio en el código penal, la evolución legislativa que ha tenido a lo largo de los años, un análisis comparativo a la regulación del parricidio en otros países como chile, Argentina y España y, finalmente, establecimiento ciertas directrices para mejorar una interpretación de este ilícito.